jueves, 8 de julio de 2010

EL REGRESO

Volver, estar cerca una vez más. Preguntarme que dice su intermitencia de euforias y silencios. Siempre la extrañe, siempre trate de olvidarla. Todo es tan surrealista, quizás por eso me llama su Dalí. Después de México, Estados Unidos, Italia y España. Después de danzar, distendernos, prometimos no hablar de nada serio y representar lo que una vez como sino hubiesen pasado tantas noches y tantas cosas, como si nuestras vidas no tuvieran un rumbo donde no estamos inscritos juntos.

Vuelvo a contar las horas a leer ebrio mis versos del recuerdo. A través de su vida me he dado cuenta quien soy, quizá ella pueda intuir y ver detrás de mi mente, como espejos nos reflejamos el uno al otro desestimando todo lo parecido al amor pero profundamente necesitandonos.

jueves, 25 de febrero de 2010

SIN TITULO, SIN IMAGEN

Un año mas, tanto me gustaria enlazar sus huesudas manos con mis manos. Hay algo en sus delgados dedos, en sus carnosos labios. Como acoplar al sujetarla por la cintura. Rompimos todas las promesas, nos traicionamos. Es cruel regresar a la orilla. Desde esta tormentosa parafernalia intentar prometer de nuevo algo, ya no hay credibilidad, cercania, lagos, nada.

Como, contra tantos majestuosos paisajes y esculturas griegas, que sin hablar, que sin prometer perduran sobre sus pedestales. Desde este reloj uniforme que me incita a escarbar hago mi acto de presencia. Yo que deje de ser como si viajando al pasado despertase en un dia perdido.

martes, 16 de febrero de 2010

A veces me pregunto para que escribir, para que viajar, imagino que la humanidad como yo se hace esta pregunta desde tiempo inmemoriales, entonces me aburro, desaparezco ante lo innombrable, me canso de tanto, me veo disminuido ante las posibilidades de lo que sea. Puedo contar, correr, calmarme, hablar con ese alguien que posee los argumentos pero la mecánica termina por desaprobar mi intento.

No es fatalidad, el insomnio, la noche, la soledad te enseña en muy corto tiempo reflexiones tan claras que abres una ventana inmensa.

No puedes, no tienes el impulso necesario para ser optimista, pero tampoco tienes la fuerza para acabar con todo, solo observas un horizonte inmenso que promete y tus ganas se renuevan aunque estés al tanto que mientras mas te alejas mas pierdes.
Ideados para sentir el desgarro mientras mas nostalgia mas vida, esa es la condición.

Disfrutemos entonces algunos instantes, quizás algún día la vida nos regale otro encuentro, una visión con los matices exactos. Esa alucinación tan frecuente que solo llega en la soledad, una angustia de segundos a la que rogaremos desesperadamente que se quede la próxima vez.